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José López Navarro es el intervencionista familiar en adicciones en Castilla-La Mancha que ya ha ayudado a cientos de consumidores

José López Navarro es el intervencionista familiar en adicciones en Castilla-La Mancha que ya ha ayudado a cientos de consumidores

Las adicciones acarrean situaciones muy complejas, tanto para el afectado como para las personas de su entorno más próximo. Cuando los amigos o la familia intentan ayudarle, la situación se complica cada vez más en la mayoría de casos.

Ante esta situación, la mejor opción es recurrir a la ayuda de profesionales como José López Navarro. El intervencionista familiar en adicciones en Castilla-La Mancha lleva años ayudando a personas con adicciones y a sus seres queridos para gestionar este tipo de situación de la mejor forma posible.

¿Cuál es la tarea de intervencionista familiar en adicciones en Castilla-La Mancha?

Un intervencionista familiar es el profesional que busca mediar entre el consumidor y los familiares para asesorarlos sobre las vías que el paciente puede seguir para optar a la recuperación. Además, se encarga de concienciar a las familias sobre la delicadeza de la situación y la necesidad del afectado de recibir todo el apoyo posible, lo cual requiere paciencia y tiempo.

José López Navarro, el intervencionista familiar en adicciones en Castilla-La Mancha, acude a los domicilios para hablar personalmente con todos los miembros de la familia y poner a su disposición todas sus habilidades para crear consciencia al consumidor de la importancia de acudir a un centro en el que se tratará su adicción. El experto trabaja con personas de edades comprendidas entre los 16 y los 45 años. Además, también realiza mentorías y asesorías.

Intervención exitosa

Para que el trabajo del intervencionista familiar sea exitoso, José López Navarro recomienda que a la reunión solo acudan los miembros más cercanos de la familia y quienes tengan vínculos sentimentales y de confianza fuertes con el consumidor. Los participantes deben aportar todos los datos que posean sobre el consumo de su familiar o amigo, así como los comportamientos que deriven de dichas acciones. De este modo, se puede construir el esquema de sus hábitos que permitirá al intervencionista saber cómo abordar la situación y las posibles soluciones que puede aportar de acuerdo al estilo de vida del consumidor y sus seres queridos.

Lo recomendable es que todas las personas que participen se encuentren libres de consumo, o al menos que no tengan abuso en consumo de sustancias. En caso de que una de ellas sea consumidora, se le invitará a no participar e iniciar su propia recuperación.

El tiempo de recuperación es totalmente subjetivo, puesto que todo dependerá de si la persona acepta que es consumidora o si se niega o aceptar la ayuda ofrecida. Por lo general, se espera que sus familiares cercanos le hagan ver de manera amorosa su situación real, para poder apoyarlo en todo el proceso y que obtendrá resultados positivos en su vida si decide aceptar la ayuda.

Para lograr el cambio de consciencia, el intervencionista es quien funciona como puente comunicativo y, en la mayoría de los casos, logra que el consumidor acepte iniciar el proceso de recuperación. Gracias a su trabajo, José López Navarro pone la primera piedra que permite iniciar el proceso hacia la recuperación.

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